Pozas de San Juan |
Desde el 21 de junio entramos en el
solsticio de verano, hasta el 22 de septiembre, periodo este cuando los días son
más largos y el rey Sol aumenta su potencia en el hemisferio norte. Días de
renacimiento, de festejar la vida, de esperanza en el porvenir.
Desde tiempos inmemoriales estas
fechas han servido para muchos rituales, paganos y religiosos, que convocan los
buenos deseos, la bonanza, la prosperidad, el amor; también han sido periodos
de luchas intensas por la libertad. Celebramos en Venezuela el 24 de junio la
Batalla de Carabobo que selló la gesta libertaria de esta nación, así mismo y
con igual vehemencia festejamos el nacimiento de San Juan Bautista en todos los
rincones, el {único santo al cual se gloria su nacimiento y no su muerte como
los otros. Bailes, tambores, procesiones, alegría y entusiasmo en mezcla
maravillosa y sincrética de culturas recorren el territorio. Al son de “San
Juan t’o tiene, San Juan t’o lo da” se festeja al santo más popular entre los
venezolanos.
San Juan Bautista |
No por casualidad existe una
población en el estado Nueva Esparta con el nombre del querido santo. San Juan
Bautista se llama la capital del Municipio Antonio Díaz, tierra de artesanos y
agricultores, donde habitan cerca de 50 mil almas en un valle del mismo nombre
que ocupa la vertiente noroeste del cerro Copey (La Sierra) y con una altitud
media de 1000 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas medias anuales de
26° C, lo que le da el título de zona muy amigable en cuanto su clima templado.
Según dicen algunos visitantes “no parece que estuviéramos en Margarita”. Forma
parte de esos sitios menos promocionados que esconden divinos secretos para los
curiosos.
Los habitantes originales del valle de San Juan,
eran, en su mayoría, artesanos y
agricultores españoles provenientes probablemente de Linares de la Sierra que habían emigrado de la isla de Cubagua debido al maremoto
ocurrido en 1541 y los ataques de piratas franceses en 1543.
Este poblado tiene una riqueza en artesanía muy apreciada
en la región. De aquellos primeros artesanos españoles quedan aún la fabricación
de sombreros de cogollo, hechos de las hojas del dátil, planta que se da pródigamente,
bajadas de los árboles con toda una técnica especial, las alpargatas y
el delicioso piñonate, que es un dulce elaborado con lechosa verde y melao de
papelón, sin dejar de lado la preparación del gofio, especie de pan elaborado
originalmente con harina de yuca y papelón. Los orfebres aún elaboran hermosas
piezas en oro y plata. Ahora no con la misma intensidad por la emigración de
los jóvenes que buscan otros horizontes.
Otro secreto
casi escondido son las pozas de San Juan, a las que se llega por tomando la vía
desde la avenida Juan Bautista Arismendi, incursionando por la encrucijada de
El Espinal hasta llegar a San Juan y luego pasar a Fuentidueño. Cualquier
taxista lo ubica enseguida. Hay que visitarlas y bañarse.
Lo que no puede obviarse es la celebración que hacen
con motivo del Día de San Juan Bautista. Fiesta que comienza con diversas
actividades desde principios de junio para culminar con una procesión que
recorre el pueblo. El santo va recibiendo dádivas, agradecimientos y
reconocimientos, cada cierto tiempo la procesión se detiene y rinde a viva voz
homenaje a San Juan, los bailes al ritmo del tambor se dan en cada parada. Esta
procesión se dirige a la casa de donde salió el santo, allí se reúnen y
continúan la celebración entre fuegos artificiales, bebidas, tambores y bailes.
La noche de San Juan es mágica; se cree que cortarse el pelo en una noche del 24 de junio le hará tener buena suerte y verter un huevo en un vaso de agua le permitirá, según la forma que tome, saber el nombre del amado. Llevar una ramita de ruda detrás de la oreja lo protege... En su próxima visita no deje de conocer a Margarita en todo su esplendor.
La noche de San Juan es mágica; se cree que cortarse el pelo en una noche del 24 de junio le hará tener buena suerte y verter un huevo en un vaso de agua le permitirá, según la forma que tome, saber el nombre del amado. Llevar una ramita de ruda detrás de la oreja lo protege... En su próxima visita no deje de conocer a Margarita en todo su esplendor.
Autor: Adalgisa Maduro
CNP 3352
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