Mucho siglo
XXI, mucha tecnología, mucho cosmos, mucho
twitter, pero el ser humano sigue siendo el mismo romántico del siglo XIX, como
Margarite Gautier y Armand Duval, en “La dama de las camelias”, del escritor francés
Alejandro Dumas. Los psicólogos sociales deberían encontrar la razón de esta
sin razón. Y si no, ¿Cuál es el motivo de que en París los puentes se hayan
convertido en un muestrario de candados de todas las formas y colores? Los
primeros aparecieron en el Pont des Arts de París en 2008, pero rápidamente los
“candados de amor” se extendieron a todos los puentes que atraviesan el Sena,
en la capital francesa, en donde es posible engancharlos.
Así se ha hecho conocida la Pasarela Leopold
Sédar Senghor, frente al Museo D´Orsay. Nadie sabe por qué escogieron ese
puente, pues no es el más bonito, ni el más famoso, si siquiera el más largo. Miles
de candados han sido puestos por centenas de parejas, en las rejas de este
puente, con las iniciales de los enamorados grabadas o escritas con marcadores
de tinta indeleble, quienes los dejan después de cerrarlos y tiran las llaves
al Sena, para que nadie pueda abrirlos y su amor perdure “para siempre”… o
hasta que aparezca un nuevo personaje que le mueva el piso a cualquiera de los
miembros de la dupla.
¿Moda o interés turístico?
No sólo se
ha puesto de moda sino que es todo un boom en París y son sitios muy visitados en
la “Ciudad luz”. Tanto es así, que ni el Ayuntamiento parisino pudo hacer algo.
Los quitaban y reaparecían hasta que se dieron cuenta de que era un atractivo
más para la capital gala. En 2010 se plantearon si debían sacar los candados
“para preservar el patrimonio”. A pesar de haberlo negado se sospechó que
ordenó sacar algunos.
En 2012,
cuando se constató que el fenómeno era mundial y que alcanzaba a ciudades como
Moscú, Berlín, Bruselas, Kiev, Vilna, Florencia, Verona, Roma, Venecia, Shanghái,
Marrakech o Praga, el discurso cambió.
“Dejamos que el fenómeno viva, miramos el asunto con simpatía, no es un
problema. A la gente le gusta, hablan de ello a su entorno, publicitan París”,
afirmó un representante del ayuntamiento.
El origen de los candados y su mensaje de amor
eterno es misterioso, afirman en la agencia noticiosa France Press. Según unos
turistas italianos su inicio sería provocado por una novela sentimental
italiana “Tengo ganas de ti” de Federico Moccia, en donde el héroe y la heroína
enganchan un candado con su nombre en un farol del Ponte Milvio cerca de Roma,
se besan y lanzan la llave al Tíber. Es así como desde los parisinos, hasta
quienes vienen de lugares lejanos como Shanghái, Filipinas, Corea llevan en sus
manos el candado que cerrará su amor.
El Pont des Arts
El puente de las Artes está reservado
solo a peatones y sirve para conectar el Instituto de Francia, en la rive gauche, con el Museo del Louvre, al otro lado. Fue construido
entre 1801 y 1804, y se conoció entonces como el primer puente metálico de
París. En cualquier caso, su aspecto actual es diferente al original, ya que
hubo que reconstruirlo en los años 80, después de que una barcaza fluvial
chocara contra él y le causara importantes desperfectos.
En algunas ocasiones el Pont des Arts
ha sido utilizado como escenario de lujo para exposiciones artísticas, debido
sobre todo a sus vistas excepcionales sobre la Isla de la Cité, donde se encuentra la basílica
de Notre Dame, y
otros puentes emblemáticos de la capital francesa como por ejemplo el elegante Pont Neuf.
Sólo los
puentes con barandas de vidrio o de piedra escapan al fenómeno. En el Pont
Neuf, el puente más viejo de París construido solo en piedra, los enamorados
tuvieron que conformarse con el enrejado del embarcadero de los botes
turísticos.
Dicen los
entendidos que dentro de unos años no quedará espacio para ponerlos, así que apresúrese para poner el suyo y el de
su pareja.
Adalgisa Maduro Bautista
CNP: 3352
Fuentes: http://www.elblog.info
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